Fundamentalmente porque si le hubiéramos arrancado del reportaje no se hubiera dejado. No apartaba los ojos de la pantalla ni para preguntarnos por algún detalle como por qué hacía tanto frío, o por qué los señores viejos (los porteadores tibetanos) llevaban botas de regar...
Nunca antes había visto este documental. Pero creo que representa el paradigma de lo que debe ser un reportaje de aventura: transmitir sensaciones, transmitir información y que sensaciones e información estén en proporción equilibrada.
Este último aspecto es quizá el más difícil. Es como la sal en la comida: aunque cada uno tiene un umbral distinto... todos sabemos cuando algo está salado o soso.
He esperado a encontrar las audiencias de la emisión por ver si era un fenómeno familiar aislado, o si lo compartíamos con más espectadores... ¡Somos poco originales! proque ha conseguido su máximo de la temporada... ¡Y os aseguro que yo no tengo audímetro! “Desafío extremo" emocionó al 8.7% de los que veíamos televisión en ese horario, lo que supuso una media de 1.238.000 espectadores.
Si queréis poneros al corriente de lo que hace este comunicador nato y los desafíos que tiene por delante, os dejo el enlace de su blog. Merece la pena.
La fotografía es de su blog.
2 comentarios:
Parece que en Cuatro aún hay un reducto para la buena televisión. Es una buena noticia.
Tambien me encanta este programa,en mi casa passa lo mismo ,me encanta su originaidad y sencillez.
Ah,por cierto,enhorabuena por tu blog,me ha gustado mucho.
Júlia
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